domingo, 14 de diciembre de 2014

All of me.

Hoy conversando con Mamá,  me comentó acerca de la boda de un primo querido, se programó para el 3er sábado de Febrero en Lima.
Me dijo que no está segura de ir, pues para esos días papá anda de vacaciones y probablemente se la pase invirtiendo su tiempo en algun proyecto para la casa nueva.
Papá siempre tiene proyectos en su tiempo libre, y estos comprometen el tiempo de toda la familia, pues de algún modo tenemos que ayudarlo y dejar de lado proyectos propios.
Papá siempre a comprometido parte de nuestras vacaciones anuales a su capricho. El próximo año no tendría porque ser diferente.
Esta Srta si quiere ir a la boda, quiere viajar y escapar del clima lluvioso y nostálgico de mi ciudad.
Quiere ir y conocer a aquel joven, que con tanto afán la futura novia y su hermana intentaban emparejarme.
Saludar a los sobrinos y comprobar que crecen en la misma medida en la que yo me encojo.
Celebrar con los primos este maravilloso momento en su vida.
Pero algo no está del todo bien, porque Lima me trae muchos recuerdos, no del todo felices, o al menos no son esos los que mi cabeza trae a colación.

Cuando aún estaba a mitad de mi carrera universitaria, me aventuré junto a mi hermana a ayudar a la empresa de el primo querido. Con la objeción-desacuerdo de mi padre y angustia en el rostro de mi madre, partimos a Lima para radicar todo un verano.
El trabajo fue extenuante y absorvente, el poco tiempo que se tenía libre los fines de semana, debía ser dedicado religiosamente a los incontables compromisos de la familia adoptiva.
Para cuando papá y mamá nos dieron el alcance en Lima, el cuerpo estaba 100% listo para una semana de relajo, recreación y turismo en la gris capital.
Este fue el inicio del calvario.
Mi hermana y yo debíamos ir a recogerlos a la agencia de viaje, cargando también con nuestras maletas, pues se decidió unánimemente que debíamos hospedarnos todos juntos en algún hotel, como la familia que éramos y dejar de abusar de la confianza de la familia limeña.
Nos saludamos de manera normal, tomamos las cosas y esta Srta dirigió la comisión en busca del taxi. Abordamos rumbo al hotel y cuando buscábamos la mochila con nuestro dinero y documentos para pagar, esta no estaba. Mi hermana estaba encargada de su cuidado, por eso fue ella y mamá quienes retornaron a la agencia con la esperanza de ubicarla allí. Yo y papá nos quedamos al frente del hotel esperándolas. Papá estaba bastante alterado (como es normal en él). Un sexto sentido que tengo para estas situaciones, me mantenía calmada, inconcientemente sabía que todo lo perdido iba a ser encontrado sin mayor problema, nunca senti el estrujón en el corazón que indica lo contrario, por esta razón no me alteré.
Gritando y haciendome sentir pequeñisima, ínfima estaba mi padre. Tan furioso que traía cosas estúpidas a colación. Culpaba nuestro nacimiento como tropiezo en sus vidas. Nunca había viajado con mamá por estar con nosotras, y ahora que lo hacía, se nos ocurría perder cosas, que ahora que quedaríamos indocumentadas,  ellos se iban a regresar y todo iba a ser un gasto insulso. "Siempre debes ponerte a cargo y pensar por tí y por tu hermana", porque conozco su personalidad y debería saber de memoria que ella esta bajo mi cuidado. Palabras cargadas de tanto odio macerado por 19 años, hirientes y cortantes seguían saliendo de sus labios, estando en la acera frente al hotel. Lágrimas solitarias caían por mis mejillas, no las acompañaba ningún sollozo ni queja, yo no era capaz de articular palabra. Dejó de hablar y camine unos pasos, mirando en dirección contraria, y en ese silencio nos quedamos esperando a mi hermana y mamá.
El taxi demoraba lo que a mi me parecieron horas. Siempre había sido yo quien se llevaba la mejor parte en estas discusiones, mi ser renuente a las reglas familiares cuestionaba cotidianamente la autoridad a la que mi hermana siempre obedeció sin chistar. Cómo es que nunca logré acostumbrarme?.
Luche terriblemente por calmar la represa de emociones que desbordaba por mis ojos. Y mamá y hermana aparecieron sanas y salvas con la mochila perdida. Se agradeció al taxista haber realizado el doble viaje y todo continuó donde se habia dejado para las otras tres personas. La cuarta persona tomo cuanta maleta y mochila importante encontro en sus manos( incluyendo la mochila recientemente encontrada) ingreso al hotel y preguntó por habitaciones vacias; para su suerte no había ninguna.
Dirigió la comisión en busca de cualquier hotel cercano, solo quería dejar de arrastrar tantas cosas, no tenía la fuerza ni la energía suficiente para hacerlo.
Pronto llegaron a un hotel cercano, pagó por las habitaciones, espero que las otras 3 personas se dispusieran cómodamente,  y porfin sus cansados brazos descansaron.
No se comentó nada del incidente, no parecía sensato arruinar el viaje para los demás. Guardo todo dentro,  como ya estaba acostumbrada a hacerlo por 19 años. Seguía al grupo, mientras su mente divagaba feliz.
Se imaginaba en un nuevo trabajo ideal, que la alejara de casa, nunca había sido suya según comprendió, y era feliz en algun rincón muy lejos de allí.
Los días pasaban y papá intentaba comprar su perdón con comida exquisita,  insistiendo en agregar souvenirs y demás. 
Asentía a todo lo que mamá y hermana quisieran, los ánimos se quedaron al frente de un hotel, parados en la acera mirando hacia el infinito.

La ultima noche hacia demasiado calor, por lo que encontramos reposo en la plaza principal. Allí logre resumir el incidente de manera calma y algo resignada, pero solo a mi hermana, ella comprendió entonces mi estado pero no logró hacer mas.
El incidente dias después tambien fue contado a mi querido primo, quien comparó su historia y me hizo notar que me ahogaba en un vaso de agua. Allí prometi perdonarlo apesar de que él nunca tratase el tema en posterioridad.
Nunca lo hizo.
Medio año despues mamá también lo supo, pero ya era caso cerrado, a pesar que insistiera en incurrir en tratamientos psicológicos.
Nunca se hizo esto tampoco.

Por eso regresar a Lima es algo agridulce. Allí murió algo de la inocencia que conservaba, pero también se forjó un ser mas leve; uno al que determinadas actitudes le daban igual, las personas no son perfectas y debe saber comprenderlas apesar de todo.
Quiero viajar sola al matrimonio,  no sé si se me permita del todo, nunca está de mas intentarlo no? 

Libertad es una palabra compleja a mi entendimiento.

Cambio y fuera.

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