domingo, 17 de abril de 2016

Furor cantinero.


Pues ahí nos tienen estrenando el nuevo uniforme; y que si el anterior se lucía en el cuerpo cual carpa de circo sobrando por todos lados; este viene con gusto añejo, como para recordarle a una los pocos años de juventud que le quedan.
(Aquí suspiran).

Por eso entre el pantalón color gris viejo y el polo de hilo estilo jubilado, lo único que decidí usar confortablemente es el blaizer color vino que cual pulga sedienta, pica cada parte de tengas descubierta y en contacto con este:

- Arriba las cafarenas, polos y camisas manga larga!
- !Arriba!

Y para el día de estreno de esta prenda, tenía programada tambien una salida de compras al centro de la ciudad, como para romper con la rutina.


*****
Caminaba por el frente de una iglesia, sin caer en cuenta que una pareja de borrachos se acercaban en sentido contrario.
Al lograr cruzarnos se oyo en plena calle:
- Pero mira huev*n, mira que señorita para mas linda, en definitiva me caso con ud. señorita!- le decía el borracho mas alto a su compañero.

Sin prestarles mayor atención continue mi camino presurosa a terminar con mis cosas, cuando a mis espaldas escuchaba como la pareja de ebrios me despedia con ruidosos besos volados.

- Aún no pierdes el toque Mary ;)

Apresuré el paso y termine con mi mandado bastante rápido, ya estaba en camino a tomar mi autobus de vuelta a casa; cuando unas pequeñas baratijas en el piso capataron mi atención:

- A cuanto este objeto?- consulté sin observar a mi interlocutor.
- 5 soles amiga.
- Nada menos?- replicaba mi espíritu "ahorrador" mientras terminaba de apreciar el objeto en el piso.
- A 4 soles más un beso, linda. Mas barato nada!

Y extrañada noto el estado del vendedor, que quizás no tan alcoholizado como el anterior caso, sí se podrían apreciar ojos coloreados en tono rojizo y un recien perceptible aliento macerado.


*****
Caminaba interrogandome sobre la acogida que mi nuevo saco tenía sobre la gente en resaca o pasada de tragos.

- !Hoy estás que ardes Mary!- quién diría que con este uniforme sería el furor de borrachos callejeros.

Entonces, fiel a mi ser, barajeaba el
momento adecuado para ir a arrazar cantinas.

Oh sii, agarrense borrachines!


sábado, 9 de abril de 2016

La Santa.

Llevo tanto tiempo descuidado este espacio, que ya hasta telarañas.

*Canta: Spiderman, spiderman y luego silba.*

Y como todos los que descuidan su blog y tienen una excusa para disculpar su ausencia, yo anduve hundida en  el trabajo, con mi jefa de vacaciones tenía responsabilidades de más; pero ya regreso a seguir j*diendo y a volver a sobrecargarse de tareas -como siempre-; dejándome siempre la parte fácil. :)

****

Ok, no soy perfecta, y no es un tema que acabo de descubrir, pero si hay nuevos comportamientos en los que acabo de caer en cuenta y eso apesta.
Curioso como esas frases aburridas de "uno nunca terminan de conocerse" pueden llegar a tomar bastante sentido en ciertas ocasiones; más del que alguna vez pude quizás imaginar.

Así que para uds. a continuación una autobiografía laboral como para que entremos en confianza -y se den cuenta la clase de gente que anda suelta por estos raros caminos de la vida-.

* Holi!

Mary es una tierna joven de piel canela, que a diario viste zapatos de seguridad, algún jean casual combinado con una que otra camisa y un saco rojo (única prenda del uniforme que usa a diario, porque los pantalones y polos brindados son estilo señora, y una podrá ser muy madura pero tampoco tampoco).

Siempre tiende a llegar 5 minutos antes de las 7:40 A.M.; exceptuando los días que está de un humor de perros -pues aguantar a una jefa mujer es cosa seria-, por lo que marca tarde y le da igual. (Mentira, se la pasa rezando para que no le llegue memo por la tardanza o pero aún se le descuente la hora; pero esto hasta ahora no ha sucedido por lo que podemos dormir tranquilos.)

Llega y prende la pequeña radio -sintoniza una emisora rockera por supuesto- aún sí la jefa muere por oír boleritos de la hora del lonchecito. "La radio es mía así que te aguantas tía"-se dice para sí-.

Entonces ya esta revisando los correos diarios, cuando escucha su nombre para la sermoneada matutina correspondiente. "Mary, porque esto?, porqué aquello?, porqué, porqué y porqué."
Vive aburrida de que todas las mañana se sonsaquen cosas hasta por demás. HARTA, CANSADA DE ESO; pero es una damita después de todo y se aguanta las cosas, porque las veces que soltó la lengua y dijo las crudas verdades, se ganó estres de más expresado en innumerables insomnios y como 5 kg menos. No, una damita no puede ir ojerosa y huesuda a su trabajo, nonono.

Terminado el sermón, sigue la rutina de revisar pendientes y encaminar nuevas tareas, hasta que se le vuelven a increpar mas cosas, y aparece una facción que acaba de re-descubrir: la terquedad.
Nunca había notado lo testaruda que puede llegar a ser, pero si hablamos en su defensa, su jefa ama tener la razón, y uno no siempre la tiene; a menos de que sea un Dios -y la doña no está muy lejos de autoproclamarse Santa- pero no demos vuelta: uno no puede ganarlo todo y es ahí donde nota esa nueva realidad.

Mary se auto-cuestiona de su actuar, de lo mal que es cerrar su posición, entonces cede e inmediatamente en el rostro de su jefa se dibuja una sonrisa maliciosa.
"Oh!, como aborrece esa sonrisa." Un gesto innegable de un vencedor que intenta restregarlo en la pelada cara del abatido.

-Malherida- Se retira a su rincón, y el monstruo de la autosuficiencia aparece a tomar posesión.
Se encierra en su mundillo y cree que manejándolo todo sola podrá estar mas tranquila. Pobre ingenua. Inocente como es, desconoce que doña jefa tiene una red desarrollada de contactos que están prestos a informar de sus movimientos; entonces vuelven de nuevo al juego de "porque?, porque y porqué!".

El día ya está por acabar, y lográ encontrar consuelo en gente contemporánea quién afirma que conocen como es aquella doña santa jefa, y que comprenden su situación. Algo aliviada termina el día cruzando los dedos para que mañana la bipolaridad de su superior se haga presente, de modo que deje salir ese lado santo que ocasionalmente aparece. Total y la señora es una católica convicta y confesa, orgullosa de proclamar su religión a diestra y siniestra; pues cada quién es libre de vivir según los valores que crea le convengan.

Sin más cierro esta breve descripción laboral, de una humilde servidora enrumbada en caminos agnósticos y/o ateos; "pues me niego a aceptar que las personas mas cercanas a una religión no sean capaces de reflejar principios impartidos por estas; a pesar de que se las repitan y repitan cada domingo a medio día."



*Aquí se hizo catarsis, pero de la buena!. (y se desinfla con un suspiro.)