miércoles, 7 de septiembre de 2016

Feliz cumpleaños!

Y a casi una semana de pasado mi cumpleaños, adjunto la lista de regalos que no tuve por hacerme un año mas viejita, ahí vamos!:

- No recibí el charanguito que me catapultaría a la fama como integrante de los Rechuchanboys de los andes (se hace bolita y se pone a chillar.)

-  También encargue un violin para poder viajar de mochilera por Europa; hasta que por la calle alguien se de cuenta de mi supertalento y sin más me arroje un billetito para vivir :).

- Aún sigue pendiente mi vida como camionera, muriendo por sonar las superbocinas de tremendas máquinas, oh sí!, llevar mi gorro camionero y traficar cosas por medio pais, viviendo al filo de la ley, hell yeah!.

- Y el último pedido es una cursilería que se me metió desde que la nueva florería abrió sus puertas justo en el paradero de los buses para mi trabajo. Siendo fan de las flores y con modo julieta ON; recibir un gran arreglo floral era casi perfecto; pero regresando a la realidad me enrumbe a comprarlo yo sola y poner en la dedicatoria que eran de mi padre (aunque él ni en sueños vaya a tener ese tipo de detalles!) y pedir que me la envien al trabajo, para poder tener un mini jardin en mi escritorio. Luego por alguna razón del destino recorde que era fin de semana y cambie el arreglo por un ramo de claveles que tuvieron un mejor destino: adornar la tumba de mi abuelita. :)

Entonces Feliz Cumpleaños a mí y que los siga cumpliendo hasta el año 3000!!
:P



domingo, 4 de septiembre de 2016

Una historia de noche I

(Basada en hechos que quisiera que ocurrieran, pero nunca van a pasar, por lo que mantenerlos solos en mi cabeza es inútil… sí, soy muy patética cada cierto tiempo.)

Ahí estaba, empezando el diplomado de planeamiento obligatorio por encargo del nuevo jefe de área. Lo cursaba solo con un compañero de campo, los demás ya lo habían llevado y anticiparon que no sería tan difícil, por lo que no había tanta presión a prestar el 100% de atención.

Ya estábamos sentados, puntuales según nuestra costumbre cuando la vi entrar al salón.  Mientras la observaba un frió recorría toda mi espalda y mi estómago acompañaba con un pequeño brinco. Llevaba un blaizer color negro el cual hacia juego con una chalina ploma que cubría todo su cuello. Una cartera color beige acompañaba unos zapatos de seguridad también plomos, conocía bien esos zapatos pues me había mandado una fotografía cuando usaba ese par en la fiesta de cumpleaños de uno de sus mejores amigos. Siempre me pareció gracioso imaginarla así en una fiesta.

Su largo cabello lacio negro recorría toda la habitación para ubicarse al extremo izquierdo medio de los asientos, donde se sentó sola. Baje la mirada a mi celular, para que no se diera cuenta que la había observado durante tanto tiempo, pero es que parecía irreal volver a encontrarla. Por eso mis ojos dudaban si realmente era ella, y la forma y color de sus gafas me lo confirmaron.

La clase transcurrió sin más, y ya parecía terminar cuando se hizo un alto para la presentación de cada participante, además de una corta apreciación sobre la introducción de la temática del curso.

El profesor parecía bastante bromista con la gente que se lo permitía, y sin dudar; la gran sonrisa acompañada por largos cabellos negros no despreciarían tal invitación. Era una persona bastante cálida y segura, con una sonrisa de extra; y mientras tanto yo esperaba no cagarla y ponerme a tartamudear.

Pocas personas después era mi turno, a lo que proseguí bastante nervioso, esperando a que ella no volteara a verme, lo cual nunca hizo, quizás porque no logro reconocer mi voz, o quizás porqué sí lo hizo y no quiso verme. Espero que fuese la segunda opción porque en realidad tampoco quería saber nada de ella, ¿Quién quiere volver a tropezar con una loca como ella?.

La clase se dio por culminada, y no pude evitar volver a echar un último vistazo, y observar que ella aún permanecía sentada, como apuntando algo muy fervorosamente.

***

La espera hasta la siguiente clase era peculiar, la carga de trabajo iba en aumento, y aún así algunas memorias rondaban mi cabeza. Derrepente en alguna reunión recordaba el color de su cuerpo o el tatuaje en su espalda y otro empujón impulsaba no solo mi estómago sí saben a lo que me refiero, o entre sueños me inundaba el olor de su cabello suelto mientras esbozaba una sonrisa.

No estaba seguro, si sería bueno volver a conversar con ella, pero tenía que haber alguna manera de alejar su fantasma de mi cabeza.

***

Volvimos a llegar temprano a ubicarnos en asientos delanteros, pues hoy la clase era práctica. Tendría que haberme mantenido volteando hacia atrás constantemente, para poder apreciar cuando ella entrará al aula y obviamente no lo hice, al menos no en un largo rato.

Cuando ingresó el profesor pude dar una rápida visión para lograr ubicarla con el mismo uniforme y casi en el mismo lugar de la sesión anterior.

***

Formamos el grupo practico con dos jóvenes más, visiblemente inexpertos y algo relajados, por lo que dividimos la exposición entre mi compañero y yo. Al sentarnos adelante, nuestra numeración era la segunda y tocaba alistar todo rápido.
Parados frente a todos los demás no logré divisar su color de gafas entre la gente, ¿se habría retirado temprano de la clase?.
Intrigado volví a sentarme ya un poco desinteresado en el tema. 
*Quizás y estará un poco enferma y se tuvo que ir temprano.

Entonces logre volver a divisar su cabello oscuro acompañada por otro joven, ambos caminando hacia el estrado delantero. Mi estómago volvió a inquietarse e intentaba calmarlo ubicándome mejor en el asiento.

Ambos se presentaron al salón, y no parecían estar muy concentrados en ubicar rostros en el público mas sí en sus diapositivas. Mi compañero me dio un codazo al darse cuenta que habían digitado erróneamente una oración, la cual dejaba en duda el enunciado del problema que trataban de analizar, y conociendo a Enrique, seguro que iba a preguntar sobre ese tema a penas tuviese la oportunidad.

El profesor dio inicio a la ronda de preguntas, Enrique levanto la mano para corregir el enunciado. Como era de esperarse, ella logro reconocerme y entonces note el cambio en la expresión de sus ojos y rostro, ahora ambos sabíamos que el destino nos había reunido otra vez.

Al terminar la clase, pude notar que ella fue una de las primeras en retirarse y otro brinco recorría mi estómago. Ya estaba cansado de tantos putos brincos, que tontería.

***

El resto de las clases continuaban en miradas entrecortadas, y silencio absoluto. Aunque no conversábamos, siempre me gustaba escucharla; sus ideas eran bastante claras e interesantes, mostrando lo interesante que debería ser su ser completo. Y cuando era yo el que hablaba, trataba de sonar como ella, un poco místico, con esbozos interesantes; me gustaba sentirme inteligente mostrando que estaba a su altura, mientras mi visión panorámica ubicaba sus ojos posados sobre mí, prestándome atención.

***

¿Cuánto tiempo mas podríamos pasarla así?, yo moría por poder hablarle de nuevo, pero ella... ella siempre se veía tan independiente y distante, como si el resto del mundo no le importara.
Trataba de justificarla pensando que yo nunca había respondido ese último mensaje de texto donde me pedía volver a vernos para aclarar algo. ¿Que "algo"?, no sé, solo sé que en su tiempo me pareció loco que me bloqueara una semana completa y que a la siguiente me este escribiendo para vernos, pero ESE era el hecho que me atormentaba terriblemente cada par de noches, era una mierda que me haya tirado el balón a la cancha y que nunca haya sido capaz de responderle o algo. Esa era la cagada.

***

La clase se dio por terminada y estaba decidido, era ahora o nunca.

Como siempre era una de las primeras en retirarse de la clase, así que tenía que apurar el paso sí quería alcanzarla. 

A pocos pasos de ella, la garganta se me empezaba a secar, ¿como podía ser tan rápida?, ¿entrenaba para alguna maratón o algo similar?.

-Hola.- dije, con una voz un poco entrecortada, la seguridad desbordándome como siempre.
Ella se sobresaltó un poco y volteo a verme, y nuestros ojos se cruzaron en una millonésima de segundo para continuar su camino.
-Ah hola.- respondió en un tono parco.
Genial!. No estoy obligado a hablarte mujercita, solo quería saludarte para dejar de sentir esos estúpidos sobresalto en el estómago, si seras mas idiota.
-¿Que tal, cómo estás?.- me dijo, mientras yo intentaba dejar de maldecirla mentalmente. No esperaba que fuera a preguntar por mí. Aunque en realidad que sabía yo de ella: no sabía nada.
- Con algo de frió, tu no?, se te nota bastante apurada, supongo que debes tener algo importante que hacer.- Y en el momento en que termine de hablar, ella empezó a aligerar sus pasos.
- Perdona, pero estoy acostumbrada a caminar rápido de noche, es algo que aprendí desde que estudiaba en el turno noche en la universidad.-
- No te preocupes, no te lo estaba reprochando, solo imaginaba que tenías prisa por algo.-
- Si bueno, por eso te explico el motivo.-

Entonces un silencio parecía acompañar el sonido de nuestros pasos. Trataba de hilar alguna pregunta pero ella me tomó la delantera:
- Y dime, necesitas algo o solo querías salir temprano de clases?.-
- Pues en realidad quería conversar contigo y saludarte.-
- Ah ok.-

Esta vez era mi turno en apurarme:
- Y también quería preguntarte una cosa.-
- Si claro, dime.-
Carajo como decirlo sin que suenen como una idiotez:
- Pues no se si recuerdas, pero había un mensaje en el que decías que querías aclarar un par de cosas, y bueno, pues quería saber si algún día podríamos conversar mas tranquilos y aclarar lo que querías decirme.

Empezó a disminuir mucho mas su andar.

- Uhmm... la verdad que ah pasado algo de tiempo y no recuerdo que era de lo que te quería hablar.-
Ok, no ah pasado ni un siglo nena, es obvio que sabes de lo que estoy hablando así que no ta hagas la dura:
- Bueno, y si te das un tiempo para recordarlo y lo conversamos la siguiente semana, te parece?.-
- ....-
- Que dices?.-
- A ver, si mal no recuerdo te escribí porque quería conversar contigo, para evitar tener un momento incómodo por si nos volviéramos a cruzar alguna vez; y aquí estamos, conversando de una manera tranquila, así que creo que no haya mucho pendiente por conversar.-

Carajo, lo resolvió muy bien, pero puedo sentir que aún esta molesta y entiendo que es mi responsabilidad nunca haberla buscado de nuevo:
- Bueno, eso fue muy claro, pero pensaba que quizás podríamos conversar y aclarar todo lo que ocurrió ese día.-
- No habría problema de conversarlo, ¿tienes tiempo ahora?, porqué igual y tenia planeado tomar un café, el día aún no ah terminado para mí.-

Carajo, hoy?!..
- Ok, pero espera y voy a recoger mi carro para poder ir al centro a...-
- No, no te preocupes, hay un café muy bueno en esta recta, mira, justo ese cartel color ámbar, no hay necesidad de irnos a otro lado.- Se le oía bastante convencida.
- ¿Segura?, pero fácil y cierra temprano y ...-
- Ya eh estado aquí el anterior fin hasta pasada la media noche, y el lugar es bastante acogedor, así que no hay nada de que preocuparse. Vamos?.-

Carajo, quería decir no, pero parecía que no aceptaría esa respuesta.



jueves, 1 de septiembre de 2016

Llegando tarde al trabajo.


Y aquí estoy, sentada frente a esta inmensa hoja en blanco, tratando de cumplir el reto de escribir unas cuantas líneas cada día que paso sin celular.

Entonces obligo a mi ser a continuar las ya cansadas 9 horas diarias frente al computador, para retomar algo de energía y malgastarlas en un par de líneas sin sentido usuales.

Tecleamos por aquí, tecleamos por ayá y seguimos tecleando por acuyá.

Pues retomando mi celular perdido, hoy toca narrar una de las tantas veces que lo creí perdido, pero no!, siempre se las arreglaba para regresar conmigo :( .

Íbamos rumbo al trabajo y tocaba bajarse, por lo que nos levantamos del ultimo asiento del autobús camino a la puerta. En ese transcurso subia una pareja de hombres bastantes sospechosa. Tengo un sexto sentido para detectar rateros cerca!.

Y claro, el chofer de bus le aprieta fuerte al acelerador y no me toco otra que avanzar a lo loco, intentando encontrar la billetera en la cartera mientras caminaba tambaleando. Me paro justo al lado de uno de estos hombres para observar que se hablan con la mirada, mientras gritan al cobrador: "Baja, baja!".

Óiganme no!, un momentito, ¿donde está mi celular?.

Busco rápido dentro de la cartera aún abierta, pero no hay nada.

Entonces me paro muy firme en la puerta del bus y grito: "Mi celular, no está mi celular, ¡me han robado!."

Mientras toda la gente alterada por mi voz, aprieta fuerte sus bolsos y sus carteras, observo como este hombre me mira aturdido y un sonido seco me muestra mi celular en el piso.

Lo recojo y mientras los guardo tomo aire para lo que sigue: "¡NO LES DA VERGÜENZA ANDAR ROBANDO A LA GENTE!!, ¡LA GENTE QUE SUBE A LOS CARROS A VENDER CARAMELOS TIENE MAS DIGNIDAD QUE UDS.!!, ¿CON QUE CARA PUEDEN MIRAR A SU FAMILIA? ¿QUE EJEMPLO PUEDE DARLE A SUS HIJOS?, ¡TAN SANOS Y COMPLETOS COMO PARA ANDAR EN MALA VIDA!, UD. SEÑORA CUÍDESE QUE ESTOS SEÑORES SON UNOS LADRONES, CIERREN BIEN SUS CARTERAS Y MALETINES, QUE NI EL CHOFER O COBRADOR PUEDEN ADVERTIR QUE CLASE DE GENTE SE SUBE A ESTOS BUSES."

Y ese día llegue tarde al trabajo, porque me baje como a 5 cuadras de mi parada. :P