Huelga.

Estaba en huelga estos días, porque el clima era muy frío y triste: esa monotonía aburre a muerte y si le sumas el brote de enfermedad mensual, no pues pa' que mas.

Pero hoy salio el sol; no soy fan de este señor tampoco, porque en Arequipa el sol quema-no calienta- por esto del agujero en la capa de ozono y el calentamiento climático, pero para variar esta bueno sentir sus rayos sobre la grisácea piel.

Y como salio el sol, hoy si da gusto bañarse -y dejar de oler a muerto- y cantar y cocinar y acordarse de toda la gente que uno tiende a olvidar.

Pin, pan, pun, suena el celular -porque esa gente que recordé, también se acordó hoy de mí- con mensajes y una que otra  llamada. Y es que llevo desaparecida mas de una semana, no porque quiera del todo, sino porque aún ando desempleada y salir con gente implica gastos que no quiero asumir, no quiero dilapidar mis ahorros en banalidades -pero que tacaña-, además que aún estoy en rehab y bien dicen por ahí que para que una costumbre se convierta en hábito debe mantenerse al menos tres meses, y yo llevo un mes y contaditos días, si pues, aun me faltan tantitos días más, de todos modos gracias por preocuparse por una.

Pin, pan, pun, sigue sonando el celular, el sol dice: Anda, contesta, y el bolsillo piensa: Mejor aguántate una semana mas. El corazón pega un brinco: Primero revisa quién es y así ya vez, y el hígado reclama: Yo apoyo al bolsillo, nada como siete días mas.

*Mis ojos sangran.

Hoy me acorde de todos ud. amigos, pero la vaina era que ustedes no se acordarán de mí pues. Así no juega Perú, no, no ,no.

*Pin, pan, pun, suena mi celular.