martes, 17 de noviembre de 2015

Andes.

Todos duermen en el bus, apesar del camino accidentado que nos tiene en un bamboleo hace ya casi dos horas.

Hace dos horas que seguimos adentrandonos a los confines mas alejados de los andes peruanos, y hace dos horas también ya ah dado la medianoche y no logro conciliar el sueño por tanto movimiento.

El frío empieza a calar huesos, y en el aire puedes sentir ese olor a "ichu" (pasto andino) mezclado con barro, ese inconfundible olor a sierra.

Alguna vez has mirado al cielo despejado de noche, en un descampado de kilómetros de diametro?, entonces nunca has vivido en los andes y no aprendiste a apreciar lo hermoso e inmenso que puede ser ese cielo.

Cierro los ojos y vuelvo a tener cinco años, estoy en la plaza de Imata junto a mi hermana y a Anita, una de las pocas niñas de mi edad que conocíamos en el pueblo. 

Anita es tan abierta y desprendida, porque tiene deseo de jugar con sus dos nuevas amigas, y nos presta sus muñecas de trapo y ya corrio a traer el corderito mas joven para que nosotras tambien aprendamos a alimentarlo con mamadera.

Abro los ojos y me pregunto si esa niña pequeña habria siquiera imaginado todas las cosas que le han pasado hasta ahora, (enfocandonos siempre en las mas difíciles porque son esas las que mas cuestan superar).

Y vuelvo a mirar al cielo y pienso que seria mas facil ser una estrella fugaz desintegrandose al entrar a atmosfera terrestre que vivir cualquier tipo de vida en este planeta.

Una estrella fugaz solo tiene decidir si debe o no cumplir con uno que otro deseo mientras desaparece en un ardor respladeciente.

Entonces recuerdo que nunca necesite de  mucho para ser feliz, solo de una sonrisa y un cielo brillante

Y uds. tambien deben necesitar de una, por lo que ahi tienen la mia por si les hiciese falta :).

3 comentarios:

Y tú porqué no comentaste?, te leo y me doy una pasadita por tu rincón ;)!